Infecciones nosocomiales
Una
infección nosocomial puede definirse de la manera siguiente:
Una infección contraída en el
hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección. Una
infección que se presenta en un paciente internado en un hospital o en otro
establecimiento de atención de salud en quien la infección no se había
manifestado ni estaba en período de incubación en el momento del internado.
Comprende las infecciones contraídas en el hospital, pero manifiestas después
del alta hospitalaria y también las infecciones ocupacionales del personal del
establecimiento.
Efecto de las infecciones nosocomiales
Las infecciones nosocomiales
agravan la discapacidad funcional y la tensión emocional del paciente y, en
algunos casos, pueden ocasionar trastornos discapacitantes que reducen la
calidad de la vida. Son una de las principales causas de defunción. Los costos económicos
son enormes. Una estadía prolongada de los pacientes infectados es el mayor
factor contribuyente al costo.
El mayor uso de medicamentos, la
necesidad de aislamiento y el uso de más estudios de laboratorio y otros con
fines de diagnóstico también elevan los costos. Las infecciones nosocomiales
agravan el desequilibrio existente entre la asignación de recursos para
atención primaria y secundaria al desviar escasos fondos hacia el tratamiento
de afecciones potencialmente prevenibles.
La edad avanzada de los pacientes
internados en establecimientos de atención de salud, la mayor prevalencia de
enfermedades crónicas en pacientes internados y el mayor uso de procedimientos
terapéuticos y de diagnóstico que afectan las defensas del huésped constituirán
una presión constante en las infecciones nosocomiales en el futuro. Los
microorganismos causantes de infecciones nosocomiales pueden ser transmitidos a
la comunidad por los pacientes después del alta hospitalaria, el personal de
atención de salud y los visitantes. Si dichos microorganismos son multirresistentes,
pueden causar enfermedad grave en la comunidad.
Factores influyentes en la manifestación de las infecciones nosocomiales
· El agente
microbiano
El paciente está expuesto a una
gran variedad de microorganismos durante la hospitalización. El contacto entre
el paciente y un microorganismo, en sí, no produce necesariamente una
enfermedad clínica, puesto que hay otros factores que influyen en la naturaleza
y frecuencia de las infecciones nosocomiales. La posibilidad de exposición
conducente a infección depende, en parte, de las características de los
microorganismos, incluso la resistencia a los antimicrobianos, la virulencia
intrínseca y la cantidad de material infeccioso (inóculo). Una gran cantidad de
bacterias, virus, hongos y parásitos diferentes pueden causar infecciones
nosocomiales. Las infecciones pueden ser causadas por un microorganismo
contraído de otra persona en el hospital (infección cruzada) o por la propia
flora del paciente (infección endógena). La infección por algunos
microorganismos puede ser transmitida por un objeto inanimado o por sustancias
recién contaminadas provenientes de otro foco humano de infección (infección
ambiental).
· Vulnerabilidad
de los pacientes
Los factores de importancia para
los pacientes que influyen en la posibilidad de contraer una infección
comprenden la edad, el estado de inmunidad, cualquier enfermedad subyacente y
las intervenciones diagnósticas y terapéuticas. En las épocas extremas de la
vida – la infancia y la vejez – suele disminuir la resistencia a la infección.
Los pacientes con enfermedad crónica, como tumores malignos, leucemia, diabetes
mellitus, insuficiencia renal o síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida)
tienen una mayor vulnerabilidad a las infecciones por agentes patógenos
oportunistas. Estos últimos son infecciones por microorganismos normalmente
inocuos, por ejemplo, que forman parte de la flora bacteriana normal del ser
humano, pero pueden llegar a ser patógenos cuando se ven comprometidas las
defensas inmunitarias del organismo. Los agentes inmunodepresores o la
irradiación pueden reducir la resistencia a la infección. Las lesiones de la
piel o de las membranas mucosas se producen sin pasar por los mecanismos
naturales de defensa. La malnutrición también presenta un riesgo. Muchos
procedimientos diagnósticos y terapéuticos modernos, como biopsias, exámenes
endoscópicos, cateterización, intubación/respiración mecánica y procedimientos
quirúrgicos y de succión aumentan el riesgo de infección. Ciertos objetos o
sustancias contaminados pueden introducirse directamente a los tejidos o a los
sitios normalmente estériles, como las vías urinarias y las vías respiratorias
inferiores.
· Factores
ambientales
Los establecimientos de atención de
salud son un entorno donde se congregan las personas infectadas y las expuestas
a un mayor riesgo de infección. Los pacientes hospitalizados que tienen
infección o son portadores de microorganismos patógenos son focos potenciales
de infección para los demás pacientes y para el personal de salud. Los
pacientes que se infectan en el hospital constituyen otro foco de infección.
Las condiciones de hacinamiento dentro del hospital, el traslado frecuente de
pacientes de una unidad a otra y la concentración de pacientes muy vulnerables
a infección en un pabellón (por ejemplo, de recién nacidos, pacientes quemados,
cuidados intensivos) contribuyen a la manifestación de infecciones nosocomiales.
La flora microbiana puede contaminar objetos, dispositivos y materiales que
ulteriormente entran en contacto con sitios vulnerables del cuerpo de los
pacientes. Además, se siguen diagnosticando nuevas infecciones bacterianas, por
ejemplo, por bacterias transmitidas por el agua (micobacterias atípicas),
además de infecciones víricas y parasitarias.
· Resistencia
bacteriana
Muchos pacientes reciben
antimicrobianos. Por medio de selección e intercambio de elementos de
resistencia genéticos, los antibióticos promueven el surgimiento de cepas de
bacterias polifarmacorresistentes; se reduce la proliferación de
microorganismos en la flora humana normal sensibles al medicamento
administrado, pero las cepas resistentes persisten y pueden llegar a ser endémicas
en el hospital. El uso generalizado de antimicrobianos para tratamiento o
profilaxis (incluso de aplicación tópica) es el principal factor determinante
de resistencia. En algunos casos, dichos productos son menos eficaces por causa
de resistencia. Con la mayor intensificación del uso de un agente
antimicrobiano, a la larga surgirán bacterias resistentes a ese producto, que
pueden propagarse en el establecimiento de atención de salud. Hoy en día,
muchas cepas de neumococos, estafilococos, enterococos y bacilos de la
tuberculosis son resistentes a la mayor parte o la totalidad de los
antimicrobianos que alguna vez fueron eficaces para combatirlas. En muchos
hospitales son prevalentes Klebsiella y Pseudomonas aeruginosa
polifarmacorresistentes. Este problema reviste importancia crítica particular
en los países en desarrollo, donde quizá no se dispone de antibióticos de
segunda línea más costosos o, si los hay, su precio es inasequible.
Epidemiología de las infecciones nosocomiales
Los estudios realizados alrededor
del mundo documentan que las infecciones nosocomiales son una importante causa
de morbilidad y mortalidad (1–13). Una elevada frecuencia de infecciones
nosocomiales comprueba la calidad deficiente de la prestación de servicios de
atención de salud y ocasiona costos evitables. Muchos factores contribuyen a la
frecuencia de las infecciones nosocomiales: los pacientes hospitalizados sufren
a menudo compromiso inmunitario, se someten a exámenes y tratamientos invasivos
y las prácticas de atención de los pacientes y el medio del hospital pueden
facilitar la transmisión de microorganismos entre ellos
Criterios simplificados para la vigilancia de las infecciones
nosocomiales
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Tipo de infección nosocomial
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Criterios simplificados
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Infección del sitio de una intervención quirúrgica.
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Cualquier secreción purulenta, absceso o celulitis difusa en
el sitio de la intervención quirúrgica en el mes siguiente a la operación.
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Infección Urinaria
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Cultivo de orina con reultados positivos (1 ó 2 especies) al
menos con 105 bacterias/ml con síntomas clínicos o sin ellos.
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Infección respiratoria
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Síntomas respiratorios con manifestación de por lo menos dos
de los siguientes signos durante la hospitalización:
— tos,
— esputo purulento,
— nuevo infiltrado en la radiografía del tórax, compatible con
infección.
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Infección del sitio de inserción de un catéter
vascular
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Inflamación linfangitis o secreción purulenta en el sitio de inserción
del catéter.
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Septicemia
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Fiebre o escalofrio y por lo menos un cultivo de sangre con
resultados positivos.
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Vigilancia de las infecciones nosocomiales
La tasa de incidencia de
infecciones nosocomiales en los pacientes de un establecimiento determinado es
un indicador de la calidad y seguridad de la atención. La institución de un
proceso de vigilancia para supervisar esa tasa es un primer paso indispensable
para puntualizar los problemas y prioridades locales y evaluar la eficacia de
la actividad de control de infecciones. La vigilancia, en sí, es un proceso
eficaz para reducir la frecuencia de infecciones nosocomiales
Objetivos
Los objetivos específicos de un programa de vigilancia son los
siguientes:
·
Hacer que el personal clínico y otros trabajadores
del hospital (incluso los administradores) estén más conscientes de las
infecciones nosocomiales y la resistencia a los antimicrobianos, de manera que
aprecien la necesidad de acción preventiva.
·
Vigilar las tendencias: incidencia y distribución de
las infecciones nosocomiales, prevalencia y, donde sea posible, incidencia
ajustada según el riesgo con el fin de hacer comparaciones intra e
interhospitalarias.
·
Señalar la necesidad de crear programas de
prevención nuevos e intensificados y evaluar el efecto de las medidas de
prevención.
·
Señalar los posibles puntos en que se puede mejorar
la atención de los pacientes y la necesidad de efectuar otros estudios
epidemiológicos (por ejemplo, análisis de los factores de riesgo).
Estrategia
Un sistema de vigilancia debe adaptarse
a los siguientes criterios:
·
Simplicidad para reducir al mínimo los costos y la
carga de trabajo y promover la participación de las unidades con
retroalimentación oportuna.
·
Flexibilidad para permitir la introducción de
cambios cuando proceda.
·
Aceptabilidad (por ejemplo, evaluada por el nivel de
participación, la calidad de los datos).
·
Coherencia (uso de definiciones y métodos
normalizados).
·
Sensibilidad, aunque un método de búsqueda de casos
con poca sensibilidad puede ser válido para seguir las tendencias, siempre y
cuando la sensibilidad se mantenga constante con el transcurso del tiempo y los
casos identificados sean representativos.
·
Especificidad, que exige definiciones precisas e
investigadores adiestrados. Varía mucho la medida en la cual se observan estas
características en las diferentes instituciones.
Características
deseables de un sistema de vigilancia de infecciones nosocomiales
|
Características del sistema:
•
oportunidad, simplicidad, flexibilidad
•
aceptabilidad, costo razonable
•
representatividad (o exhaustividad)
|
Calidad de los datos proporcionados:
•
sensibilidad, especificidad
• valor
de predicción (positivo o negativo)
•
utilidad, en relación con las metas de la vigilancia (indicadores de la
calidad)
|
Prevención y evaluación
Un sistema de vigilancia eficaz debe
identificar las prioridades para intervenciones preventivas y mejora de la
calidad de la atención. Al proporcionar indicadores de calidad, la vigilancia
permite que el programa de control de infecciones, en colaboración con las
unidades de cuidado de los pacientes, mejore la práctica y defina y vigile las
nuevas políticas de prevención. El propósito fundamental de la vigilancia es
reducir el número de infecciones nosocomiales y los costos. La vigilancia es un
proceso continuo que exige evaluación del efecto de las intervenciones para
validar la estrategia de prevención y determinar si se logran los objetivos
iniciales.
Prevención de las infecciones nosocomiales
La
prevención de las infecciones nosocomiales exige un programa integrado y
vigilado, que incluya los siguientes elementos clave:
·
Limitar la transmisión de microorganismos entre los
pacientes que reciben atención directa por medio de prácticas apropiadas de
lavado de las manos, uso de guantes y asepsia, estrategias de aislamiento,
esterilización, desinfección y lavado de la ropa.
·
Controlar los riesgos ambientales de infección.
·
Proteger a los pacientes con el uso apropiado de
antimicrobianos profilácticos, nutrición y vacunación.
·
Limitar el riesgo de infecciones endógenas con
reducción al mínimo de los procedimientos invasivos y fomento del uso óptimo de
antimicrobianos.
·
Vigilar las infecciones e identificar y controlar
brotes.
·
Prevenir la infección de los miembros del personal.
·
Mejorar las prácticas de atención de pacientes
seguidas por el personal y continuar la educación de este último. El control de
infecciones es una responsabilidad de todos los profesionales de salud, a
saber, médicos, personal de enfermería, terapeutas, farmacéuticos, ingenieros y
otros.
Reducción de la transmisión de una persona a otra
Ø Descontaminación
de las manos
La importancia de las manos en la transmisión de las
infecciones nosocomiales está bien demostrada y puede reducirse al mínimo con medidas
apropiadas de higiene. Sin embargo, el cumplimiento con la práctica de lavado
de las manos a menudo es subóptima. Eso se debe a varias razones, tales como la
falta de equipo accesible apropiado, una alta razón trabajador de
salud-paciente, alergia a los productos empleados para el lavado de las manos,
falta de conocimientos del personal sobre riesgos y procedimientos,
recomendación de un período de lavado demasiado largo y el tiempo requerido.
Ø Higiene
personal
Todo el personal debe mantener una buena
higiene personal. Debe tener las uñas limpias y cortas y abstenerse de usar
uñas falsas. Debe llevar el pelo corto o sujeto con ganchos, y tener la barba y
el bigote cortos y limpios.
Ø Ropa
protectora
Ropa de trabajo. El personal puede usar
normalmente un uniforme particular o ropa de calle cubierta con una bata
blanca.
·
Zapatos
·
Mascarillas
·
Guantes
·
Guantes
Ø Prácticas
inocuas de inyección
Para evitar la transmisión de infecciones de un paciente a otro
por medio de inyecciones:
• Elimine las inyecciones innecesarias.
• Use agujas y jeringas estériles.
• Use agujas y jeringas desechables, si es posible.
• Evite la contaminación de los medicamentos.
• Siga las prácticas seguras de desecho de objetos cortantes y
punzantes
Ø Prevención
de la transmisión por el medio ambiente
Para reducir al mínimo la transmisión de
microorganismos por el equipo y el medio ambiente, es preciso establecer
métodos adecuados de limpieza, desinfección y esterilización. En cada
establecimiento se necesita tener normas y procedimientos por escrito,
actualizados a intervalos regulares.
Ø Limpieza
del entorno hospitalario
• La limpieza regular es necesaria
para asegurarse de que el ambiente del hospital esté visiblemente limpio y sin
polvo ni suciedad.
• En total, 99% de los
microorganismos se encuentran en un ambiente donde hay “suciedad visible” y la
finalidad de la limpieza regular es eliminar esa suciedad. Ni el jabón ni los
detergentes tienen actividad antimicrobiana y el proceso de limpieza depende
fundamentalmente de la acción mecánica.
• Debe haber normas que
especifiquen la frecuencia de la limpieza y los agentes empleados para las
paredes, los pisos, ventanas, camas, cortinas, rejas, instalaciones fijas,
muebles, baños y sanitarios y todos los dispositivos médicos reutilizados.
• Los métodos deben ser apropiados
ante la posibilidad de contaminación y ofrecer el nivel necesario de asepsia.
Esto puede lograrse con una clasificación de los distintos locales en una de
cuatro zonas hospitalarias:
— Zona A: lugar sin ningún contacto
con los pacientes. Limpieza doméstica normal (por ejemplo, las oficinas de la
administración, la biblioteca).
— Zona B: lugar de cuidado de los
pacientes no infectados ni muy vulnerables, limpiado con un procedimiento que
no levanta polvo. No se recomienda el barrido en seco ni la limpieza con
aspiradora. El uso de una solución de detergente mejora la calidad de la
limpieza. Es preciso desinfectar cualquier zona con contaminación visible con
sangre o humores corporales antes de limpiarla.
— Zona C: lugar de cuidado de
pacientes infectados (pabellones de aislamiento). Debe limpiarse con una
solución de detergente/desinfectante, con equipo separado de limpieza para cada
habitación.
— Zona D: lugar de cuidado de
pacientes sumamente vulnerables (aislamiento protector) o zonas protegidas como
el quirófano, la sala de partos, la unidad de cuidados intensivos, la unidad de
bebés prematuros, el departamento de atención de accidentes y la unidad de
hemodiálisis. Debe limpiarse con una solución de detergente/desinfectante y con
equipo de limpieza separado. Todas las superficies horizontales de las zonas B,
C y D y todas las zonas donde haya sanitarios deben limpiarse a diario.
Ø Esterilización
La esterilización es la destrucción
de todos los microorganismos. Desde el punto de vista operativo, se define como
una reducción de la carga microbiana en proporción. La esterilización puede
lograrse por medios físicos o químicos.
• Se necesita esterilizar los dispositivos
médicos que penetran en los sitios estériles del cuerpo y todos los líquidos y
medicamentos de administración parenteral.
• Cuando se trate de equipo que
deba volver a esterilizarse, la esterilización debe ir precedida de limpieza
para retirar la suciedad visible.
• El objeto debe envolverse para
esterilización. Se debe asignar el calificativo de estéril solamente a un
objeto esterilizado envuelto.
Conclusión
Las
infecciones asociadas a cuidados de la salud, conocidas también como
infecciones nosocomiales (IN), son un problema relevante de salud pública de
gran trascendencia económica y social y constituyen un desafío para las
instituciones de salud y el personal médico responsable de su atención.
Las IN se
asocian con altas tasas de morbilidad y mortalidad, lo que se traduce no sólo
en un incremento en los días de hospitalización y los costos de atención, sino
también en un incremento en DALYS (años de vida ajustados de discapacidad) en
la población.
Debido a
que las infecciones nosocomiales son complicaciones en las que se conjugan
diversos factores de riesgo que en su mayoría pueden ser susceptibles de
prevención y control, resulta fundamental la evaluación continua sobre los
programas y políticas establecidas para su control a nivel nacional. Las IN se
definen como “una infección contraída en el hospital por un paciente internado
por una razón distinta de esa infección.” Operacionalmente, las infecciones que
ocurren después de 48 horas del internamiento se consideran como nosocomiales.
Conforme a la NOM-045-SSA2-2005 para la vigilancia epidemiológica, prevención y
control de las infecciones nosocomiales, también se consideran nosocomiales las
infecciones adquiridas por los neonatos que se infectan por su paso a través
del canal de parto, las que se desarrollan en los 30 días subsecuentes a una
intervención quirúrgica o que ocurren en el año subsecuente a la realización de
una cirugía en la que se colocó un implante.
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